Por: Isabela Gómez Uribe
Lo que se les dé a los niños, los niños darán a la sociedad
Karl A. Menninger
Año 2020, primeros casos reportados del virus Covid-19, días después llega el comunicado de conmoción interior por el presidente Iván Duque donde el país se encontraba en estado de emergencia, ordenando la cuarentena obligatoria. A los pocos días, a través de las noticias me enteré de que debía tomar clases de manera virtual, en ese entonces me encontraba estudiando en otra institución educativa. Al poco tiempo, recibí un correo en el que informaban que había sido admitida en el Colegio Bilingüe Buckingham, y que ingresaría en agosto de ese mismo año. Los días fueron pasando y ese octavo mes se iba acercando, muchos sentimientos llegaban a mí, entusiasmo, esperanza, pero había uno que me inundaba más... el miedo. No obstante, no nos encontramos el cien por ciento del tiempo en el exterior, porque hemos construido una burbuja social donde necesitamos igualmente resguardarnos periódicamente para lograr desarrollarnos de manera interna, un contraste con la socialización externa, pero que genera un desarrollo en el aspecto individual. Como resultado tenemos unas acciones que obedecen a las necesidades corpóreas que cumplen con una salud prospera, tanto física como emocional, así como suplir el hambre o la sed, nuestras demás conductas parecen dirigirse hacia un único propósito, una obligación que en definitiva transforma nuestras vidas en un aparente despropósito.
En un abrir y cerrar de ojos ya me encontraba en agosto del 2020, dispuesta a dar clic en el botón “Unirse a la reunión”, el miedo era el sentimiento que estaba presente en todo momento, no sabía que decir, como dirigirme, con quien hablar, ya que el hecho de que mi interacción con los profesores y compañeros estuviera limitado a la pantalla era sumamente complicado. Mi timidez tampoco ayudaba, pero siempre notaba el apoyo de mis profesores, quienes demostraban ese amor por la enseñanza, no solo instruyéndonos en conceptos, teorías o fórmulas, sino que nos motivan a ser personas de valores, principios y a la vez fortaleciendo las virtudes y cualidades que cada uno posee.
Un año y medio después de estar en las clases virtuales, ya en marzo del 2022, llegué por primera vez de manera presencial al colegio, el miedo había vuelto a surgir, pero se disipó cuando pude interactuar con mis profesores y compañeros personalmente, dándome cuenta de lo valiosos que son, me preguntaba....si el colegio influía en esto, así fue que a raíz de que participaba en los diferentes eventos, donde se hace énfasis en los 7 hábitos de “The Leader in Me”: ser proactivo, empieza con un fin en la mente, primero lo primero, piensa en ganar-ganar, primero entender después ser entendido, sinergizar y afilar la sierra, me motivé a ponerlos en práctica, fortaleciendo mi carácter y valores.
Última temporada en el colegio, 2023... año muy especial para mí ya que me gradúo, e igualmente para el colegio por cumplir 40 años, tiempos memorables de crecimiento mutuo, trabajando en el proceso de formación persona a persona, fortaleciendo las habilidades de quienes se preparan para el futuro. Aunque, solo haya compartido 3 años en el colegio, llevaré conmigo las enseñanzas, hábitos y principios que esta Institución me ha inculcado, pero sobre todo me permitió comprende que, aunque sienta miedo por enfrentarme a vivir nuevas experiencias, lo mejor es arriesgarse en este buen camino y no dejar de soñar, como nuestro Colegio Buckingham que por 40 años ha construido sueños en verdad.