Mel ex Tempore

El pasado le afectó profundamente. Estaba acostumbrado a divagar entre las posibilidades que le brindaría vivir todo de nuevo con el conocimiento que había acumulado durante su extensa vida. Cada cicatriz evocaba recuerdos de sufrimiento y superación, cada batalla e interacción que lo llevo a ser él. Se preguntaba si existía un mundo sin decepciones para él, culpaba a su pasado por las desgracias en su futuro, considerándose más débil a causa de lo vivido. Más temía no volver a ser el mismo una vez que llegase a cambiar los eventos que lo definieron. A pesar de ser un sueño infantil, en su concepción existía una verdad, cada decisión tomada lo llevaría en algún punto a experimentar el mismo dolor al que tanto se había acostumbrado.
Decidido a tomar las riendas de su conciencia, elaboró un plan para así frenar la creación de más memorias, así no tendría que arrepentirse de más en la vida. Se aisló en la sala de su casa con los ojos cubiertos y las cortinas cerradas para ser incapaz de determinar el paso del tiempo. Más era incapaz de silenciar los pensamientos que lo atormentaban dado que cada sonido promovía una idea en su psique. Consideró entumecer sus sentidos para así perder cualquier vínculo que lo atara a la realidad.
De niño no tenía tales preocupaciones, creció en el seno de una familia adinerada que se disponía a cubrir sus necesidades. Aquello lo dejó vulnerable al verse enfrentado con nuevas responsabilidades a medid que crecía, puesto a que carecía del conocimiento para enfrentarlas, pero el suficiente para estar al tanto de la gravedad de las situaciones. Había perdido la confianza en sí mismo, y consideraba planear para el futuro como una actividad infructuosa, si no le podía hacer frente a las mismas situaciones en el presente, qué esperanza tenía de hacerlo en la vida que le esperaba.
Su confinamiento lo había llevado a un estado de desnutrición por privarse del gusto de saborear, por miedo de cambiar de opinión con respecto a sus comidas favoritas; irónicamente, terminó experimentando un dolor que nunca había sentido. Llego a la conclusión de que su aislamiento solo había sido una forma más de ser llevado por la corriente, puesto a que existían factores ajenos a él, que de un modo u otro decidirán el camino por él. Nunca podría mantenerse como la misma persona de ayer. Su cuerpo cambiaba y se adaptaba a cualquier situación con la que se afrontara, aunque él anhelaba por una constante.
Pensó que cualquier otro esfuerzo terminaría siendo igual de fútil, y aunque nunca llego a considerar la muerte como una solución permanente por la misma cobardía que lo llevaba a temer sus propias decisiones, determinó que sería la clave para acabar con sus angustias. Lleno de coraje, se encaramó en la ventana del apartamento que había trabajado tan duro para conseguir, y tomó el último paso que lo llevaría al final del viaje. Ese día había logrado su cometido, su esencia, más nunca volvería a cambiar con el paso del tiempo. Ninguna emoción o pensamiento volvería a surgir de su subconsciente que lo llevara a transcender como persona, no existirían nuevos recuerdos que lo llevaran a ser considerado como un individuo diferente al que fue ese día.