¿Es el ser humano realmente libre de opinar y pensar?
Alejandro Cristancho 9°A

Alejandro Cristancho 9°A
A través del tiempo la individualidad y su libertad de expresión y opinión ha sido debatido y argumentado por las sociedades y civilizaciones del mundo. En teoría, los seres humanos somos libres, podemos opinar y creer lo que queramos en muchas partes del mundo, sin embargo, ¿es acaso nuestra libertad verdaderamente nuestra? Por ejemplo, ¿soy realmente libre cuando me juzga mi familia por no compartir una creencia con ellos?
En cuanto a la sociedad, se han establecido límites y conductas que se deben garantizar para el bien de una comunidad y sus miembros, esto se podría traducir a que no tenemos la capacidad total de tomar decisiones y actuar. Además, aunque tengamos la libertad de realizar algunas cosas, están mal vistas y tienen implicaciones negativas hacia el individuo generando un miedo de ser juzgado y atacado por el resto de la comunidad, afectando en como pensamos y nuestra manera de actuar. En adición, nuestra autoridad establece valores, creencias, opiniones y perspectivas en nosotros que no permiten el desarrollo efectivo del individuo, para ilustrar, ¿tendrán los mismos valores creencias y perspectivas una persona nacida en América que en Asia? La respuesta es clara, no, el alrededor de cada individuo, sus interacciones con el mundo y resto de individuos tienen un impacto en nuestra opinión e ideas.
De igual manera, los lideres sociales establecen ideas que son absorbidas por los miembros de dicha sociedad, que forman, limitan, restringen y fijan ideas, puntos de vista o maneras de pensar en las personas, como consecuencia, estos lideres sociales tienen una influencia que no permiten que las personas sean capaces componer opiniones y métodos sin la impresión de nuestros ídolos o personas influyentes en el mundo.
En conclusión, el ser humano es desde su nacimiento limitado a una opinión y pensamiento ya que es influenciado y formado por sus interacciones con la sociedad al igual que sus integrantes, como resultado, los seres humanos no tienen realmente la libertad de crear una opinión única ni una forma de pensar original ya que por alguna razón u otra siempre están condicionados por algo o alguien y la sociedad imprime ideas universales establecidas que todos deben seguir dentro de una sociedad. Por último, en conclusión, podríamos decir que el ser humano es únicamente libre de opinar y pensar en base a lo que está correcto moral creada a través de la historia y de la historia humana. No obstante, no nos encontramos el cien por ciento del tiempo en el exterior, porque hemos construido una burbuja social donde necesitamos igualmente resguardarnos periódicamente para lograr desarrollarnos de manera interna, un contraste con la socialización externa, pero que genera un desarrollo en el aspecto individual. Como resultado tenemos unas acciones que obedecen a las necesidades corpóreas que cumplen con una salud prospera, tanto física como emocional, así como suplir el hambre o la sed, nuestras demás conductas parecen dirigirse hacia un único propósito, una obligación que en definitiva transforma nuestras vidas en un aparente despropósito.