El pensamiento detrás del ¿Quién soy?

Somos una mezcla compleja de elementos simples, somos química que nunca para de transformarse, de reaccionar. Cada parte de nosotros cambia, y por parte me refiero al cuerpo, a la mente, al entorno. Un entorno construido desde nuestra pequeña complejidad que se une a otros para crear una mezcla aun más compleja, una sociedad. Una sociedad que tiene nuevas partes que se transforman: comunidad, familia, amigos. Todas uniones condicionadas por cultura, creencias, genética, que construyen el compuesto más complejo y simple al mismo tiempo, identidad. Somos el producto de interacciones, nada más. Y aun así la pregunta ¿Quién soy? me atormenta día y noche, pensando en como responderla, pues siempre estoy cambiando, y mi entorno conmigo.
¿Quién soy? Para responder a la pregunta a veces recuerdo. Pienso en lo que alguna vez fui, y añoro esa sensación de libertad por poder vivir cada día como una aventura. Recuerdo lo que era dejarse sorprender por cada textura, cada olor, cada sabor, cada sonido, cada tono. Era libre. Recuerdo lo que era dejarse llevar por la imaginación, a mundos mágicos y fuera de todo límite de la lógica. Era libre. Recuerdo lo que era adentrarse a un bosque con el único propósito de buscar un mundo fantástico escondido entre las piedras y las hojas. Era libre. Pero inevitablemente llego al mismo punto, lo que alguna vez fui, entonces ¿Quién soy? Para responder a la pregunta decido empezar a imaginar. Pienso en lo que podría llegar a ser, me dejo soñar en la libertad que podría llegar a conseguir. Me imagino sonriendo a las cosas nuevas y viejas porque me sorprende su belleza. Sería libre. Me imagino bailando sin preocupaciones en el medio de la calle escuchando mi canción favorita porque nadie me detiene. Sería libre. Me imagino enfrentándome a nuevas aventuras cada día, desde la más sencilla hasta la más compleja solo para dejarme sorprender. Sería libre. Pero inevitablemente llego al mismo punto, lo que podría llegar a ser, entonces ¿Quién soy?
Soy una mezcla de pasado y sueños que busca sentir de nuevo la libertad y la alegría que viene con las nuevas experiencias, las sorpresas y lo fantástico. Soy una mezcla compleja de compuestos simples que disfruta de las caminatas en la noche con el aire frio rozando mi cara que me recuerda a la tranquilidad de ser libre. Que disfruta de los bailes espontáneos sin música con el simple objetivo de hacer reír, un vals en la tarde sin música para liberar las tensiones (uno de mis mejores recuerdos) dejarse llevar como alguna vez los viajes a mundos mágicos lo hicieron. Que disfruta de las sorpresas en los sabores de las comidas que me recuerdan a lo que se siente ser libre. Que disfruta de los viajes a nuevos y viejos lugares que reviven la búsqueda de un mundo mágico que algún día emprendí dentro de un bosque. Soy un producto de interacciones, nada más.