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CRONOFOBIA

Por: Danna García

La mayoría de nosotros experimentamos el miedo. Es una emoción tan normal, y al mismo tiempo tan indeseable. Es un tema de discusión concurrente si el miedo es necesario o inútil, pues, así como nos impide experimentar lo que podría ser peligroso, también nos impide saber el ¿lo habría logrado si lo hubiera intentado? ¿habría tenido éxito?

Estadísticamente, las fobias específicas más comunes incluyen el miedo a los animales (zoofobia), el miedo a las alturas (acrofobia) y el miedo a las tormentas eléctricas (astrafobia). En lo personal, lo que me genera ansiedad constantemente es la cronofobia, el miedo al paso del tiempo. Puede sonar ridículo, pero desde muy pequeña tenía pensamientos bastante oscuros sobre lo rápido que pasaría la vida e imaginaba pasar de ser mamá a abuela a la forma en que moriría. En sí mismo, no es un miedo a crecer o a la soledad, sino a algo totalmente ajeno a lo que puedo controlar; el tiempo.

Me autodenomino con esta fobia muy superficialmente, porque no es algo que me atormente y no me deje dormir o disfrutar de la vida. Es algo que suele venir a mis pensamientos en duchas largas o al tratar de llegar al sueño. Además, lo asocio con algo que no creí que fuera tan común, sin embargo, después de investigar un poco, me di cuenta de que los Birthday Blues (depresión de cumpleaños) afecta a muchas personas.

La depresión de cumpleaños es algo que nunca logré aceptar del todo. Esos días me siento totalmente agradecida por los detalles que tienen conmigo, y el amor y felicidad que proyectan hacia mí. De igual manera, nunca ha faltado aquel momento en él que no me ocupo por unos minutos, mis pensamientos se dispersan, y siento una profunda tristeza sin motivo alguno.

Ahora que tengo presente la cronofobia, se me hecho menos borrosa la idea de que, lo que en realidad me genera ese sentimiento negativo, es el paso del tiempo y todo lo que eso conlleva, que se intensifica el día de mi cumpleaños. Es el hecho de pensar en los errores cometidos, las amistades ausentes, las decisiones tomadas a la ligera, etc.

Y de nuevo, vuelve el ciclo del miedo. Nunca desaparece. Y me pregunto ¿Si pudiera controlar el tiempo, lo haría? Tal vez. Aun así, siento que sería más tortura tener la posibilidad de decidir sobre tiempo que no tener control sobre él. Mis mayores motivaciones son empezar de nuevo en un ambiente universitario, casarme y crear mi propia familia como madre. Y aunque tema el día en el que mire atrás en el tiempo y me dé cuenta de lo rápido que ha pasado la vida, tal vez llegaré entonces a la conclusión de si sentir miedo fue lógico o ridículo.

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